"SABER RESPIRAR" PARTE 2

Este jueves 26 de mayo nuestro querido y ya conocido amigo Johnny Paniagua, continúa su taller "Saber Respirar". En la sesión anterior atendió a un grupo fuera del Hospital, donde predominaban acompañantes que disfrutaron de esta experiencia tan animada e importante.  Pero esta vez, la segunda parte, o más bien, la segunda ocasión en que Johnny nos ha regalado su presencia y conocimiento, adquirió otro matiz, llevando aún más lejos la instrucción al permitir que los propios portadores de diagnóstico en IRC, pudieran hacer el taller estando  conectados a sus máquinas de hemodialización, lo que permitió implementar recursos que pueden mejorar la respuesta de los portadores de diagnóstico ante las muchas variables que esta situación clínica implica. 

Esto ha permitido que no solo quienes reciben tratamiento, sino que también el personal en salud, se beneficie con una actividad que nos recuerda la importancia de saber respirar.  Aunque parezca algo muy básico, la experiencia del taller nos obliga a darnos cuenta que  muchos de nuestros problemas de salud, se deben a una pobre oxigenación por no saber respirar. Hemos olvidado respirar. Controlando mejor la respiración mejoramos mejor nuestra condición física, tranquilizamos nuestro espíritu y esto por rebote hace que aprovechemos lo que quizá hemos considerado en algún momento, un tiempo ocioso. Al contrario, este tiempo de conexión con la máquina de hemodiálisis puede ser un espacio de producción, de  mejoramiento de nuestra condición y de encontrar nuevas respuestas en los procesos de meditación que van aparejados a estos ejercicios físicos. 


La primera sesión estuvo cargada de recomendaciones técnicas y de una buena cuota de humor actoral, que permitió tanto a los portadores de diagnóstico en IRC que estuvimos presentes, como a los acompañantes, disfrutar de una mañana fresca, intensa, llena de energía. Pero la segunda, trascendió espacialmente esta dinámica, derribó muros, quizá muros que como los de los tres chanchitos, a primera vista parecían indestructibles, ya que al lograr dar la sesión dentro de la sala misma de hemodiálisis, esta se transforma, regenera su carácter, se revitaliza y se convierte en un espacio para la educación y para la sanación, un espacio que podemos aprovechar para estar mejor, al tiempo que permite que el personal de salud, que también recibe múltiples impactos al cuidar a otros, tengan acceso a esta extraordinaria experiencia y puedan mejorar también su propia condición.

Un componente del que hablaban los portadores de diagnóstico ya cuando Johnny se había retirado, es que pudieron hacer un ejercicio de relajación que les pedía viajar mentalmente a un lugar donde han sido felices. Con mucha alegría celebramos que algunas compañeras que no habían hecho meditaciones de este tipo, salieron de la experiencia muy contentas, por haber viajado a algún lugar hermoso en su infancia; todo esto mientras mejoraban la respiración y con ello su condición, sin que la máquina de diálisis dejara de hacer su trabajo.