La visita de Tapado Vargas fue todo un acontecimiento en varios niveles con el que hemos sido privilegiad@s. Este extraordinario músico nos ha introducido a la cultura de la percusión étnica recordándonos el origen de los instrumentos en las culturas nómadas, el uso tribal del tambor hasta la elaboración de códigos de comunicación a través de los sonidos, la creación de la música y finalmente redescubrir su conexión con la sanación integral al afectar las frecuencias vibratorias del cuerpo y los espacios. 
Siendo uno de los músicos más conocidos y respetados en nuestro país, sabíamos que la experiencia sería muy buena, pero su sensibilidad y desarrollo humano, la hacen extraordinaria, algo especial. Quizá sea que su entrenamiento, más allá de pertenecer a grupos muy prestigiosos de la música local y contar con reconocimiento internacional por su trabajo, es también un entrenamiento de los valores del alma, de los sonidos del espíritu y su incidencia en el mundo físico, en la generación de belleza, en la búsqueda de la salud y la felicidad (lo que para algunos de nosotr@s es lo mismo).
La experiencia nos afectó no solo a los portadores de diagnóstico, sino también, y quizá sobre todo, al personal en salud, por que tod@s pudimos recibir el conocimiento de un músico que nos resulta poco convencional, que logra sacar sonidos de objetos como semillas, troncos, llaves. Parece tener una vinculación especial con los objetos, su relación con el mundo, con las cosas, con las personas, parece siempre estar mediada por la música, o haber llegado al convencimiento real de que todo es energía, que la energía vibra, y que somos herramientas que podemos transformarla, limpiarla e incluso sanar con ella. Por tanto la música, sonidos o vibraciones, afectan indefectiblemente el ámbito de lo físico atravesando las capas de lo energético, lo mental, lo emocional, lo espiritual; por tanto la vibración musical, es un medio terapéutico más, pero uno cargado de infinita belleza.
En esta visita, fuimos instruid@s en algunos elementos históricos sobre el origen y evolución de los sonidos, hasta convertirse en lo que hoy entendemos como música; así también Tapado nos relató diferencias sobre elementos musicales en diversas culturas desde un perfil que podría ser de antropología comparada; nos comentó sobre la definición pitágorica de las notas musicales, sobre la vibración de las esferas planetarias, sobre el uso de los sonidos como mecanismo de control por los nazis, sobre las posibilidades terapeúticas de las vibraciones. Ya solo el despliegue de instrumentos nos introducía a un universo nuevo, y nos permitía tener acceso a regiones de la música que de alguna forma se nos vuelven accesibles para los mortales que no tenemos o no hemos desarrollado en esta vida nuestras dotes musicales.
Entre todos los artefactos, unos más extraños que otros, algunos exquisitos, apareció en las manos del músico una pequeña ocarina de cerámica, muy simple, que finalmente fue la responsable de transportarnos a otra dimensión. Un artefacto simple que en las manos del músico se convierte en sonidos de pájaros que se disparan de las de las aberturas del diseño de esta pieza. El músico guiá nos hizo cerrar los ojos, y la música que llenó el ambiente, a algunos enterneció hasta las lágrimas, a otros se los llevó a una dimensión paralela, hacia lo interno de la mente y el espíritu. Es difícil describir lo que, sentados en el sillón de hemodiálisis, pueden sentir las personas, mientras llegan "estos pájaros a tu mente, haciéndote flotar en un espacio de luz plata donde todo parece ser perfecto" según el testimonio vivido de una de las portadoras de diagnóstico en la sala.
Ya vimos también como la apariencia no cuenta. Parecemos conectados a una máquina que se encargan de limpiar la sangre, y sin embargo, la música realmente nos desconecta del hospital, del tratamiento clínico, de la idea de enfermedad, de debilidad o cansancio; al contrario, nos nutre, repara y de alguna manera, realmente hace volar. La libertad es un concepto que no se limita a la experiencia material o física, solo bastó cerrar los ojos y escuchar. Qué difícil explicar lo que significa ocarina dialogue con el sonido que produce la máquina cuando algo se descompensa en ella o en el usuario, y dejarlos ser, equilibrando las fuerzas de ambos tratamientos.
El sonido de estos objetos parecen en efecto conectarnos con algo muy primitivo anclado en además en algún rincón muy profundo de nuestra memoria, nuestras emociones. De alguna manera esta experiencia nos introduce en otras terapias. No solo se trata de entender que la música puede derivar en musicoterapia, es decir la búsqueda de la sanación a través de la alteración de las frecuencias vibratorias usando la música, y que colinda con otras disciplinas, propiamente con la terapia vibratoria, sino que nos introduce a la terapia de las clases magistrales, donde algo que no sabemos se nos ha modificado en alguna parte. La última experiencia con Tapado tenía que ver con un aparatito de construcción alemana que se usa en la sanación con vibraciones, tod@s incluidos, portadores de diagnóstico en IRC y personal médico pudimos experiementar como al colocarlo sobre nuestras cabezas se siente una vibración que baja por todo el cuerpo. Tapado dice que somos como un violín que necesita cada tanto tiempo de afinamiento. Así que con esta herramienta salimos más afinad@s de lo que entramos ese día a nuestra sesión de hemodiálisis, la cual fue como una gran fiesta de belleza y felicidad.
Agradecemos muchísimo la visita de Tapado, como parte de esta experiencia casi onírica, surrealista, mágica y a la vez racional, estética y científica. Después de una inevitable sesión de fotos con el personal, el músico se fue cargando sus muchas valijas, cada una más llena que la otra de objetos extraños, tesoros visuales y sonoros. Tapado colaboró ese día en transformar la unidad de Hemodiálisis en un mejor lugar, el aire se llenó de algo de una carga extra de belleza que seguía flotando en el aire mucho rato más después de que se despidiera de nosotr@s. Fue solo una tarde, pero podrían ser más, podría ser un programa regulado de musicoterapia, donde estemos expuestos a sonidos que mejoren nuestra experiencia, nuestro ánimo y nuestra salud cada vez que nos conectamos a las máquinas. Eso está más cerca de entender el concepto de calidad de vida, una vida hermosa, y no solo una vida más larga a expensas de la electricidad y los circuitos de la máquina. Este es un sueño, así como la visita de tanta gente hermosa a la sección de Hemodiálisis, era un sueño, pero ya hemos visto que los sueños no tienen más remedio que hacerse realidad cuando los convocamos.
Si alguien como Tapado, logra sacar sonidos de una semilla, es que realmente debe estar muy conectado con la tierra y con el cielo.
